El ejercicio 2023 se cierra con una actividad global de 68 millones de euros, con un crecimiento del 22% con respecto al año anterior y una fuerte trayectoria de aumento mantenida desde 2018, año en que partíamos de una actividad de 26 millones de euros.

Tuvimos un resultado positivo de 721.000 euros, al que pudimos llegar gracias a resultados extraordinarios procedentes de la venta y revalorización de bienes inmuebles, así como de un incremento de la captación privada de unos 500.000 euros, lo que nos permite, a pesar del incremento de actividad y de gasto corriente, mejorar nuestros fondos propios.

La actividad de la misión ha experimentado un crecimiento del 23%. Sin embargo, los gastos en soporte y captación han crecido en menor proporción, situándose finalmente en 87% para misión, 5% para soporte y 8% para captación, muy por debajo de las recomendaciones del sector.

Esta actividad crece fundamentalmente en el ámbito estatal y autonómico (un 87%) donde se ejecuta durante todo el año el proyecto subvencionado por el Ministerio de Igualdad del Plan de Inserción Sociolaboral para Mujeres y Niñas Víctimas de Trata, Explotación Sexual y para Mujeres en Situación de Prostitución (2022-2025) (conocido como Plan Camino). Este proyecto implica el crecimiento en todas nuestras sedes autonómicas y también en la actividad de comunicación e incidencia política.

En el ámbito internacional se mantiene el volumen de actividad de 2022, después de años de intenso crecimiento, suponiendo un 57% de nuestra actividad global, con los proyectos de acción humanitaria como principal línea, un 72% de la actividad total de nuestros programas internacionales, y especialmente en proyectos relacionados con la guerra de Ucrania, donde recibimos gran financiación el año anterior.

Al igual que ya nos ocurrió en 2022, hemos registrado una disminución en la financiación recibida para la cobertura de costes indirectos, pasando del 7% estimado en nuestro presupuesto a un 5,4% en la ejecución real.

También tuvimos unos altos costes derivados del envío de fondos a países, especialmente en el caso de Siria, por la dificultad de introducir moneda sin incurrir en importantes gastos, tanto por tipos de cambio como por comisiones a diferentes instituciones financieras.

Durante 2023, la captación finalista conseguida fue fundamentalmente dirigida al terremoto de Turquía y Siria y a la guerra de Ucrania, si bien con menor cuantía que en el año anterior.

Nuestra ratio de independencia financiera se ha mantenido estable, situándose en el entorno del 7%. El crecimiento intenso de las subvenciones recibidas hace que, aunque tengamos pequeños incrementos de los activos derivados de la venta y revalorización de activos, la ratio descienda al contabilizarse las subvenciones en el pasivo.

Con ello, mantenemos el reto de equilibrar la salud financiera, tanto en la ratio de financiación público/privada, que se sitúa en el 75/25 (lejos del 60/40 que deseamos), como para reforzar nuestros fondos propios, lo que a su vez condicionará el ritmo de crecimiento de la organización en los próximos años. Si bien los motivos para aumentar nuestro impacto, lamentablemente, no parecen decrecer, la capacidad de responder a los mismos sin comprometer la sostenibilidad económica a medio y largo plazo exigirá crecer menos para hacerlo de forma más orgánica y equilibrada, en línea con los objetivos de nuestro plan estratégico.