contexto

Siendo el estado soberano más joven del mundo, tras su independencia de Sudán, en 2011, es uno de los más frágiles. El Acuerdo sobre la Resolución del Conflicto (R-ARCSS) sigue ofreciendo esperanzas de paz. Sin embargo, la violencia persiste en algunas áreas, provocando el desplazamiento de personas y la pérdida de vidas y medios de subsistencia.

Ocupa el puesto 160 de 163 países en el Índice de Paz Global 2023. Arraigados en disputas tribales y de pastoreo, los conflictos entre comunidades persisten en muchas partes del país. El acceso limitado a lugares remotos dificulta el acceso de las personas afectadas a los servicios. El país se enfrenta a unas condiciones económicas nefastas marcadas por la fragilidad institucional, las distorsiones de la política y una diversificación limitada. A pesar de la tregua de 2018 y la reanudación de la producción de petróleo, la COVID-19, la violencia subnacional, las inundaciones y los obstáculos estructurales afectaron significativamente al progreso económico. El país depende de las exportaciones de petróleo (95%), que es la principal fuente de ingresos nacionales. La pandemia agravó estos problemas, provocando una fuerte caída del precio del petróleo, pérdida de ingresos, grave devaluación de la moneda e inflación.

El país tiene algunos de los peores indicadores de salud del planeta, altas tasas de mortalidad y morbilidad infantil, desnutrición infantil severa y una de las tasas de mortalidad materna más altas del mundo, con 789 muertes por cada 100.000 nacidos vivos (Plan Nacional de Salud 2016-2026).

Conflictos, inseguridad e impactos climáticos siguen siendo los principales impulsores de las necesidades humanitarias del país. Unido al alto riesgo de la población de padecer inseguridad alimentaria alrededor de 6,6 millones de personas (54% de la población) experimenta altos niveles de inseguridad y de estos cerca de 2,8 millones altos niveles. La situación ha empeorado respecto a años anteriores con un incremento de las tasas de desnutrición y otros problemas sanitarios motivados por factores de inseguridad de la población, falta de infraestructuras funcionantes, inundaciones, inestabilidad política y económica.

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NUESTRO TRABAJO EN 2023

En 2017, tras la alarmante hambruna en el país, se abrió una oficina en la ciudad de Bor, extendiendo sus actividades en los años siguientes a los estados de Duk y Twic East.

Los proyectos realizados en 2023 tuvieron como objetivo mejorar la calidad, aumentar el acceso y fortalecer la capacidad de los servicios de salud primarios y secundarios, integrando Salud Mental y Apoyo Psicosocial (SMAPS), Violencia de Género (VdG), mediante el fortalecimiento del sistema nacional de salud a nivel estatal, de condado, de Boma y comunitario.

En estrecha colaboración con el Ministerio de Salud del Estado y el Departamento de Salud del Condado, se apoyó las unidades móviles estáticas y médicas en Bor South, Twic East y Duk. Sudan Medical Care es el socio local, que tiene una amplia experiencia en las áreas mencionadas. El proyecto incluye la prestación de apoyo técnico, supervisión y capacitación para el personal de los establecimientos de salud y asistentes comunitarios de salud, derivaciones de emergencia para casos críticos. Así como rehabilitaciones de infraestructuras sanitarias, saneamiento e higiene, suministro de medicamentos esenciales, insumos y equipo médico, derivaciones y enlaces al siguiente nivel de atención, además del trabajo conjunto con otros actores no sanitarios como el trabajo en protección.

Principales objetivos alcanzados en Sudán del Sur:

• 17.856 personas (7.142 hombres, 10.714 mujeres) sensibilizadas en las comunidades sobre salud.
• Realizadas 29 referencias de emergencias a hospitales.
• 27 casos de violencia sexual y de género atendidos.